¡Bueenas!
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Ayer, a raíz de habla de la inclusión educativa, me quedé con ganas de hablaros acerca de mi etapa como voluntaria en Down Toledo. Por diversas circunstancias personales, tuve que dejarlo por un tiempo, sin embargo, espero algún día volver.
Comencé el voluntariado por una asignatura (Sociología de la Educación) que cursé en el 1º cuatrimestre en mi primer año de la carrera. Elegí Down Toledo porque me llamaba muchísimo la atención como trabajar con niños y niñas que tuvieran síndrome de Down. Así pues, tanto me gustó que decidí continuar aun habiendo terminado la asignatura.
Iba una o dos veces por semana al taller de escuela de vida, donde aprendían aspectos de la vida cotidiana y muy necesarios que cualquier niño o niña debe aprender. En el tiempo que estuve vimos diferentes contenidos como por ejemplo, un programa de educación afectiva y sexual, en el cual se establecían dos objetivos:
- Desarrollar una acción educativa con las personas con DI a través de los educadores y las familias que les permita reconocer su sexualidad, sus particularidades y expresar sus vivencias y sentimientos como parte integral de su proceso de desarrollo personal.
- Formar a las familias de personas con DI para que puedan realizar una Educación Sexual cercana a las necesidades y realidades de sus hijos, hijas o familiares, favoreciendo una vivencia de la sexualidad positiva, aceptando sus particularidades y reforzando sus procesos de desarrollo e independencia.
Los contenidos que vimos fueron, por ejemplo:
diferencias anatómicas entre ambos sexos, intimidad, privacidad e higiene,
fecundación y reproducción, identidad y abuso emocional y sexual.
En escuela de vida, lo que hacíamos eran actividades prácticas como la visualización de vídeos, debates,
dibujos, representaciones, música, etc.
Poder trabajar con estos niños es una grata sensación. Me
transmitieron muchísimos valores, entre ellos la amistad, el cariño, el amor,
la comprensión, la solidaridad, la simpatía, la alegría, el sentido del humor, la ternura, etc. El aspecto que más llamó mi atención fue la amistad; era impresionante ver el
amor y el cariño que se tenían los unos a los otros y más aún cómo se lo mostraban
todos los días, por ejemplo, dándose abrazos para saludarse o durante la
sesión. Además, me sorprendió mucho la capacidad de esfuerzo, de constancia y
de trabajo que tienen, es realmente impresionante la satisfacción que supone
que a pesar de que tengan algunas dificultades las superen.
Me encantó la experiencia y espero volver a repetirla pronto.
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